Qué es la osteopatia pediatrica

La Osteopatía infantil es un concepto relativamente Nuevo en España, en otros países como EEUU, Francia o Inglaterra lo llaman Osteopatía Pediátrica ya que forma parte del organigrama de las profesiones sanitarias.

Por definición, en España no se debe de llamar Osteopatía Pediátrica puesto que no se trata de una especialidad Médica, ni siquiera pertenece a la rama sanitaria si no a la de las Terapias Complementarias, por eso el término Osteopatía Infantil es más apropiado. Pasaría lo mismo con la Osteopatía Ginecológica: el término adecuado debería ser el de Osteopatía Genitourinaria.

La adaptación de la Osteopatía a la estructura del bebé o del niño ha sido una evolución lógica, la demanda constante, ha hecho que cada Osteópata realizase su propia formación personal desde su experiencia sin haber cursado ningún curso específico.

La Osteopatía Infantil es una técnica de trabajo que viene del criterio osteopático y como tal ha ido desarrollándose.

La Osteopatía Infantil no es más que Osteopatía adaptada a la estructura del bebé o niño. No todos los Osteópatas trabajan esta forma de Osteopatía debido a que no se han especializado en ello.

Si hay algo que realmente diferencia la Osteopatía en adultos y Osteopatía en el bebé y en el niño es, el hecho de que éstos, están en plena fase de crecimiento y de formación. En Osteopatía Infantil se trabaja a favor de la inercia del crecimiento y de la expresión cinética de los tejidos en formación. Cualquier indicio de que algo esté formándose mal, tendremos la oportunidad de corregirlo con la ayuda de la naturaleza interna del propio individuo en formación. Podremos corregir, en la medida de lo posible, las deformaciones vertebrales que producen una escoliosis, las deformaciones de los huesos del cráneo que producen una plagiocefalia, las mal alineaciones de cartílago que producen un valgo o un varo en las rodillas, podremos incidir en la correcciones posturales de columna, pélvis, pisada, convergencia y divergencia visual, compresiones nerviosas en niños a los que se les desvía un ojo o no pueden tragar bien, en este caso, por poner algún ejemplo de disfunciones de los pares craneales. Existe una

frase del maestro y creador de la osteopatía, Andrew Taylor Still que dice “es mejor esperar a que el interior del cuerpo nos indique qué hacer a ejercer una fuerza ciega desde el exterior”.

Hay muchas razones por las cuales se producen lesiones osteopáticas y todas estas lesiones son capaces de residir en nuestro cuerpo, condicionando a los diferentes parámetros de movimiento y función existentes en la biomecánica humana, si conocemos el origen de “la lesión”, podremos corregirlo en la medida en la que el propio cuerpo sea capaz de asimilar las normalizaciones realizadas. En el caso del público infantil, además de esto, tendríamos que sumar la gran ayusumee la fuerza natural que el proceso de formación ejerce sobre los procesos recuperatorios y de adaptación del niño.

Hasta hace relativamente poco tiempo, en el bebé sólo se trataban las deformaciones craneales, las escoliosis, las tortícolis y poco más. Con la evolución de la Osteopatía, como en el caso de la Osteopatía Visceral, se han ido adaptando una serie de maniobras creadas para el adulto, para los bebés y los niños, además de las diferentes formas de trabajar la Osteopatía, para incidir en distintas direcciones de crecimiento óseo y alineaciones de las diferentes articulaciones mal alineadas.

La formación de la especialización en O.I nace de la experiencia de los Osteópatas que llevan un mínimo de años trabajando con bebés y niños y observando los procesos evolutivos de las lesiones en potencia en la fase de crecimiento y la realidad de la e ficacia de las técnicas osteopáticas; comprobando resultados relacionados con la propia capacidad recuperatoria de los bebés y los niños en relación a la técnica aplicada en ellos.

Son muy pocos Osteópatas pediatricos si lo comparamos con los miles de Osteópatas Generalistas que ejercen en España, de hecho la gran mayoría no se especializan en O.I por diversas razones: unos porque no les gusta el trabajo con bebés y niños, otros porque les da miedo tratar a seres tan delicados y otros, sencillamente, no han tenido la oportunidad de coger la suficiente experiencia como para dedicarse a trabajar con bebés y niños.